Infancias argentinas

  • Lobato, Mirta, Infancias argentinas, Buenos Aires, Edhasa, 2019, 192 p.

por Florencia Gutiérrez

Infancias argentinas es una invitación a repensar las muchas y diversas formas de concebir, representar y vivir la infancia. La apuesta por recuperarla en plural –presente en el título y desplegada a lo largo del libro– supone distanciarla de toda noción homogénea o aspiración unívoca para restituirle su impronta diversa. Implica desandar la infancia en términos de construcción socio-cultural, es decir, pensarla en sus múltiples significados y atributos, así como en las disímiles experiencias de sus protagonistas. Por tanto, a lo largo de libro, podemos explorar cómo los discursos, imaginarios y dispositivos institucionales articulados en torno a los niños y niñas cambiaron a lo largo del tiempo y en función de los contextos espaciales pero también invita a preguntarnos por las experiencias de los infantes, vivencias indisociables de las cuestiones de clase, etnia y género.

Podríamos decir que estamos frente a un libro-caleidoscopio que, organizado en torno a 11 capítulos, nos devuelve las diversas y cambiantes imágenes y experiencias de la infancia en Argentina. Múltiples entradas y miradas ofrecidas por historiadores pero también por sociólogos, arquitectos, literatos y comunicadores sociales, quienes en sus intervenciones apelan a disímiles registros documentales. En la noción de caleidoscopio está presente el desafío de “recomponer un todo a partir de las partes”, partes integradas por imágenes y palabras, partes que “con habilidad y paciencia” pueden ser encastradas y pensadas en su horizonte de totalidad. Las piezas son múltiples, las conexiones entre ellas variadas y las posibilidades de ensamblarlas se superponen.

En efecto, el libro se sostiene en una trama colectiva hilvanada por Mirta Lobato, quien enlaza la participación de 28 investigadores en una narrativa que articula lo textual y visual con el propósito de devolver al lector una “noción de infancia abierta, donde los niños y niñas y las imágenes que generan ponen en evidencia problemas sociales, culturales, económicos, políticos y estéticos”, como lo señala en la introducción. Las intervenciones cortas, el lenguaje claro, la conjunción de la narración visual y textual y la diagramación lúdica de los capítulos convierten al libro en un objeto destinado a una circulación y lectura amplia, generosa en términos de destinatarios y posibles lectores. Un libro para invitar a otros a sumarse a la aventura de pensar la niñez, para discutir, reflexionar pero también para emocionarse. Asimismo, es un texto útil para promover la escritura y la enseñanza de la historia de la infancia, un libro para llevar al aula. Y ese no es un mérito menor.

Un soporte clave de esta generosa y amplia invitación está dada por la forma en que el lenguaje visual y textual se anudan a lo largo de los capítulos. Así, los textos de los
especialistas se enlazan con poemas, cuentos y fragmentos de novelas pero también con fotografías, ilustraciones, pinturas, publicidades y tapas de revistas, imágenes diversas que devuelven la multiplicidad y coexistencia de los mundos infantiles. Estos registros invitan a recuperar la historia de la niñez apelando a un heterogéneo mundo documental; alientan a preguntarnos “hasta qué punto responden las imágenes de los niños a las ideas y configuraciones que la sociedad adulta hace de la infancia y en qué medida las representaciones visuales conforman nociones o modelos de la niñez”, como se señala en el capítulo dedicado a mirar la niñez desde las artes visuales. Asimismo, la reflexión sobre las fuentes utilizadas para estudiar la infancia, en su gran mayoría escrita por adultos, nos interpela a buscar el propio y singular registro promovido y construido por los niños –como se señala en el capítulo dedicado a la escuela– y es allí donde dibujos, cuadernos escolares, cartas, diarios personales y tarjetas cobran protagonismo para seguir avanzando en el denominado “giro hacia el niño”. Es decir, la posibilidad de pensarlos como sujetos capaces de interactuar con su entorno y con las construcciones y dispositivos pensados para ellos.

En síntesis, Infancias argentinas es una invitación a recuperar la historicidad de la niñez, la forma en que se relacionó con los fenómenos socio-económicos y políticos de cada momento; con los conflictos y tensiones de nuestra sociedad pero también con sus aspiraciones, deseos e imaginados futuros. Se trata de un libro que nos desafía a armar y desarmar los mundos infantiles, a repensar cómo esos mundos se construyeron y resignificaron. Invitación generosa que, al desandar la preocupación histórica por la infancia, nos interpela y conmueve en primera persona.

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