Amor y Gimnasia: la personificación de un pensamiento político

por Diana Galván Escobar

@DianaGalesco

La literatura, como fuente histórica, es un vestigio humano que habla del pasado: comprender al autor y a su obra, en especial su narrativa, es llegar a entender un imaginario colectivo determinado. De esta manera, la obra literaria puede mostrarnos parte de la conciencia social y las preocupaciones que aquejaron a los autores y lectores, así como el trasfondo político de su época.

Tal es el caso de Amor y Gimnasia, novela publicada en 1892. Su autor, Edmondo De Amicis (1846-1908), fue un exitoso escritor italiano, cuyas novelas se caracterizaron por su carácter instructivo y pedagógico. En Amor y Gimnasia, De Amicis reproduce el debate sobre el papel de la educación física en Italia a finales del siglo XIX. Se defendía la enseñanza libre y sin prejuicios de la educación física, la cual serviría de apoyo para la construcción de la nueva conciencia nacional. En la novela, De Amicis logra personificar esta problemática a través de sus protagonistas: la joven Pedani, maestra de gimnasia, y el señor Celzani, un secretario conservador y enamorado que intenta acercarse a ella a través del conocimiento de la educación física.

Los sistemas de entrenamiento de finales del siglo XIX estaban sustentados en las ciencias biológicas, físicas y psicopedagógicas. La educación física se vio como una práctica positiva para la sociedad y una medida conveniente para el gobierno: no sólo contribuía a la salud y prevención de enfermedades, sino que también representaba una verdadera formación intelectual y moral para los gobernados. La maestra Pedani, en su papel de docente y académica de la gimnasia, es la encarnación de esta preocupación: el convencimiento de que la gimnasia, más allá de ser un divertimento, era un medio para regenerar el mundo. Como mencionan unos versos que le regalan sus alumnas: “¿De qué no es capaz un alma atrevida si en fuertes miembros cobra vida?”. Bien podríamos trasladarlo a la Italia de finales del siglo XIX: ¿de qué no es capaz una Italia atrevida si en fuertes ciudadanos cobra vida?

La gimnasia era liberadora pero pecaminosa, y la presencia de la mujer, empoderada e independizada bajo dicha disciplina, era transgresiva. Quizá por esta razón, De Amicis creó el personaje de la Pedani: una maestra de gimnasia comprometida con la causa social y política funciona como emblema de la nueva construcción nacional; pero, al ser mujer, representa un carácter revolucionario e independiente. Así, el autor transmite a través del personaje un modelo de valores específico para la nueva nación italiana. La Pedani cree en que un nuevo sistema de educación, basado en el ejercicio físico desde la juventud, renovará el mundo; porque la fortaleza engendrada en las nuevas generaciones les enseñará a ser más buenas. En todo caso, su inesperado enamoramiento del secretario Celzani simbolizaría la unión y resolución del debate: la propuesta transgresora debía llegar a un punto de encuentro con el tradicionalismo de la facción conservadora. Si bien es una interpretación, explicaría la transformación que sufre don Celzani a lo largo de la novela: de ser un personaje patético y conservador, termina por introducirse al mundo de la gimnasia como consecuencia de su enamoramiento. Por su parte, la Pedani, más que sucumbir irreflexivamente a los avances del secretario, logra transformarlo en un compañero entendido que valora la ciencia gimnástica. Encarnando un plan político determinado, la maestra finalmente llega a un acuerdo; la gimnasia, renovadora e institucional, está lista para forjar la nueva ciudadanía.

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