Los Iturralde

Fotografías, cajones y genealogías (II)

por Emiliano Canto Mayén

Una antigua imagen que conservo en mis cajones es el retrato de tres hombres, tomado en un estudio sin identificar. La fotografía, con 14.5 centímetros de largo y 10.2 de ancho, se encuentra pegada en un cartón café con tres horadaciones, dos arriba y una abajo. En el reverso se lee “A mi querido hermano Mario Barrera B. y señora, dedicamos la presente como un recuerdo. Leopoldo. Humberto. Nicolás. Mérida, enero 1º de 1914”.

Leopoldo Iturralde e hijos Nicolás y Humberto Iturralde Barrera  (Mérida, 1913). Medidas: 14.5 x 10.2 centímetros (imagen sin soporte) y 17 x 13 centímetros (imagen con soporte). Archivo particular del autor

En el frente, el piso es de pasta, con motivos vegetales, sobre éste se acomodaron dos muebles de mimbre o ratán: una silla de respaldo alto y una mesa; al fondo, se distingue una escenografía pintada con ventanal, cortina de pasamanería y una hoja de palma.

Las personas retratadas visten traje y llevan una flor en el ojal. El hombre mayor se encuentra sentado al centro, tiene amplia frente, cabellos hacia atrás y amplios bigotes; lleva corbata y un fuete para caballo en la mano derecha. La pierna derecha está sobre la izquierda y sus botas muestran el fino trabajo de un experimentado fabricante.

A la izquierda, un joven con el cabello peinado hacia la derecha, moño de rayas, pañuelo en el bolsillo y un libro en la mano izquierda. En el dedo índice de la misma extremidad se ve una sortija.

El joven a la derecha del anterior, tiene la vereda al centro, corbata y puso su mano izquierda en el hombro de su hermano y la derecha -con anillo en el meñique- en el respaldo de la silla.

Por último, alguien -acaso un niño- dibujó un libro en la mano derecha del joven del moño, un florero en la mesa y escribió “3 piel de enezo” y “3 piel oy oros” en la cortina y ventanas pintadas al fondo.

En cuanto a la época en que se tomó la imagen, si la dedicatoria se firmó el 1º de enero de 1914, muy seguramente el retrato se tomó a fines del año anterior. En aquel entonces, el presidente municipal de Mérida era José Dolores Díaz y Díaz y la entidad era gobernada por el general Prisciliano Cortés, comandante militar y gobernador que, por medio de exacciones, proveyó de recursos pecuniarios al régimen del general Victoriano Huerta.

Leopoldo Iturralde e hijos Nicolás y Humberto Iturralde Barrera  (reverso). Medidas: 17 x 13 centímetros. Archivo particular del autor.

Si se pasa al destinatario, Mario Barrera Ballester, fue un funcionario estatal y comerciante. Nació en el puerto de Progreso, entre 1879 y 1881, fue hijo de Alejandro Barrera y Heráclita Ballester, “su señora” se llamó Aída Padrón Fernández y consta que, en 1910, cuando trabajaba en la Agencia de Rentas del Estado, donó un peso para las fiestas del Centenario de la Independencia. Mario falleció en Mérida el año de 1955.

Mario tuvo una hermana llamada Francisca Carmela, nacida en el puerto de Sisal, quien casó, en 1886, con Leopoldo Iturralde, el mayor de los personajes retratados en la fotografía de 1913. Al contraer matrimonio, Leopoldo declaró tener 28 años, lo que sugiere que nació en 1858 y que, al momento de retratarse con sus hijos, tenía 56 años. Leopoldo vivió, en Mérida, el año de 1900, en el número 419-A de la calle 62, a dos cuadras del parque de Santa Lucía y falleció, en el puerto de Progreso, en 1939.

Dos de los hijos de Francisca Carmela y Leopoldo, fueron Humberto y Nicolás Iturralde Barrera: Humberto falleció en Mérida en 1961 a los 68 años y Nicolás en 1987 a los 91; con estos datos es posible calcular que Humberto nació en 1893 y tenía 21 años en la foto y Nicolás, en 1896, por lo que rondaba los 18 para 1913.

Si se toma el lugar donde los hermanos Iturralde Barrera firmaron al reverso del retrato, Nicolás -el más joven- es quien apoya su mano en el hombro de su hermano mientras que Humberto tiene el libro en la mano izquierda.

En fin, por la fecha y parentesco de estos tres hombres, se infiere Leopoldo Iturralde mandó una felicitación de año nuevo a su cuñado Mario Barrera y esposa, acompañada de su retrato y el de Humberto y Nicolás. La simpatía, familiaridad y estima que los retratados profesaban a los destinarios son tan solo algunas de las emociones que esta fotografía nos transmite 109 años después de haber sido tomada.

¿Acaso alguno de los lectores de Atarraya reconocerá a sus ancestros al ver esta imagen?

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