Visiones racistas de intelectuales y extranjeros sobre los indígenas en México (1915-1948)

por Jenny Zapata de la Cruz

Entre los años de 1915 a 1948 los intelectuales mexicanos mostraron preocupación por la falta de modernización en el país; expresaron sus ideas a través del ensayo político y cultural. Entre ellos, Martín Luis Guzmán, Manuel Gamio, Vicente Lombardo Toledano, José Vasconcelos y Alfonso Caso, explicaron por qué México era un país atrasado, argumentando que derivaba del sistema político y económico caduco, poco acorde con las exigencias del mundo actual. Además, pensaban que el indígena había dejado la impronta taciturna en el mestizo; por lo tanto, debía despojarse de esa personalidad sin ambiciones, ladina, porque allí residía el origen y la pobreza mexicana.

Aquellos intelectuales coincidieron que el mestizo cargado de la herencia indígena representaba uno o quizá el principal motivo del estancamiento económico y cultural del país; la paupérrima educación entre las masas entorpecía alcanzar el progreso, y el de poseer una mentalidad moderna, por tal motivo determinaron que el mexicano carecía de identidad nacional. En conclusión, los indígenas representaban el atraso y el estancamiento de México.

Cada intelectual opinó cómo los indígenas podían ser integrados y/o asimilados al Estado; tal misión estuvo en manos de los hombres nuevos de la posrevolución encargados de crear instituciones culturales y educativas para dicho cometido. De aquellas visiones institucionales surgió la Secretaría Educación Pública bajo la dirección de José Vasconcelos, el cual transformó la educación y la cultura al integrar a intelectuales y artistas para educar a las masas, bajo esta consigna de instituir una nación mestiza y homogénea.

Cabe señalar que no solamente los intelectuales nacionales tenían esas opiniones respecto a la falta de modernización del territorio nacional y la incivilidad de los indígenas y mestizos, sino también intelectuales extranjeros que, arribaron a México en la época de los gobiernos de Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y Manuel Ávila Camacho, entre ellos Aldous Huxley, Graham Greene y Frank Tannenbaum.

En los casos de Huxley y Greene, realizaron recorridos en México de norte a sur, entre los años de 1934 y 1939 respectivamente, las andanzas terminaron publicándose a manera de bitácora de viaje, ambos escritores plasmaron sus observaciones basadas en el binomio occidental de civilización y primitivo. Para ambos, los indígenas representaron lo arcaico de la humanidad y el reflejo de una economía vetusta, una cultura rústica, casi rupestre; el indígena reunía pocas cualidades culturales y con escasos entendimientos sobre la civilidad del mundo moderno, además con bajas capacidades intelectuales.

El ensayo de Tannenbaum Agrarismo, indianismo y nacionalismo (1943), se enfocó en analizar los problemas económicos de México y observó que el país no estaba a acorde a los tiempos vividos, es decir, a las exigencias de la modernización capitalista, mencionó que a México le faltaba identidad nacional, cuya carencia residía por la diversidad de las lenguas indígenas y el sistema agrario —ejidal—, mostrando así una economía débil y rural. Definitivamente, la visión de lo que debía ser México entre 1915 y al final de la década de 1940, motivó a la creación de todo un sistema institucional educativo, económico y cultural que sistematizó el blanqueamiento de los indígenas, aún después del Congreso Indigenista en Pátzcuaro de 1940, la SEP mantuvo su visión de asimilación e integracionismo.

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