Año Ce Tochtli, 1 conejo 1454

por Manuel Nahum Martínez González

En tiempos del Huey tlatoani Moctecuhzoma Ilhuicamina, en el año Ce Tochtli (1 conejo 1454) en el Valle de México empezó una hambruna, de la cual dan testimonio el padre fray Juan de Torquemada y el padre fray Diego Durán.    

Al parecer todo empezó con lluvias y heladas leves que se intensificaron en los años siguientes. Torquemada nos relata, que en este periodo crecieron mucho las aguas y se anego toda la ciudad de Tenochtitlan, por lo que los habitantes tuvieron que andar en canoas y barcas. Al temer la ruina de la ciudad por las inundaciones, Nezahualcoyotl junto con Moctecuhzoma buscaron un remedio, el cual consistió en hacer una cerca de madera y piedra para detener la fuerza de las aguas y que no llegara a la gran ciudad del imperio mexica. Este hecho fue muy heroico, pues las piedras con que se hizo eran grandes y pesadas, las cuales fueron traídas de largas distancias de tres a cuatro leguas, con lo que quedó protegida la ciudad.   

Dos años después de terminadas las inundaciones, hubo hambre en toda la tierra fría, pues cayeron heladas que afectaron los cultivos. A estas continuas heladas, se sumó una fuerte sequía, de la cual nos habla Diego Durán. En esta época, la tierra empezó a arder, los manantiales se secaron, las aguas de fuentes y ríos dejaron de correr y las plantas y árboles empezaron a tirar sus hojas. Por esta causa, el maíz y las demás legumbres se ponían amarillas y marchitas. 

Para colmo, los cultivos fueron atacados por plagas de chapulines, por lo que la gente tenía que comer raíces de Tule y otras plantas silvestres. Como consecuencia no tardó en desatarse una fuerte hambruna seguida de fuertes enfermedades, lo que llevo a que se vendieran los unos a los otros por maíz.   

En algunos códices podemos ver como se dio esta hambruna, por ejemplo en el Códice Durán vemos como Motucuhzoma distribuyó alimento y ropa entre el pueblo necesitado. Por otra parte, en distintos códices como el Aubin y el Huichapan, notamos como las personas muertas fueron comidas por aves y animales carroñeros.    

Para evitar tal desgracia, Moctecuhzoma dio permiso para que se abrieran las trojes (depósitos agrícolas), de las cuales ordenó preparar pan y atole para repartirlo entre los pobres y necesitados de la ciudad.

Al cabo de un tiempo, las trojes se agotaron y como era mucha lo población de la ciudad, no se pudieron suplir las necesidades para evitar que la gente siguiera muriendo.  Al no poder socorrer las necesidades de la población, Moctecuhzoma les dio licencia y permiso para que cada uno fuera a buscar que comer.   

En esta salida, fueron muchos los que ya no pudieron regresar, pues unos en el camino murieron y otros se quedaron en tierras remotas. Por otro lado, algunos encontraron maíz en el totonacapan la tierra cercana a la costa del Golfo donde habitaban los totonacas. Este maíz se compró y se dio a cambió de sus hijos e hijas, debido a que no tenían otra cosa que ofrecer.    

Al respecto Chimalpain nos dice que en el año Ce Tochtli todos se atotonacaron, pues como narra Torquemada muchos tuvieron la necesidad de ir a la costa del Golfo donde se asentaban las poblaciones totonacas.    

El año siguiente, fue el del fuego nuevo para el Valle de México, debido a que la situación se modificó. En este año, volvieron las aguas, las tierras prosperaron y dieron maíz, frijol y otras legumbres. Cuando se recuperó la normalidad, se piensa que los mexicas se dirigieron de inmediato al totonacapan para rescatar a sus parientes que fueron cambiados por maíz. Después de fuertes luchas con los mexicas, los totonacas tuvieron que dar fuertes tributo a los mexicas, los cuales se pueden ver en la matrícula de tributos.

En algunas fuentes del siglo XVI como en códices y en los Anales de Cuauhtitlán, Tlatelolco y de Tula, se puede comprobar la existencia de fuertes heladas y sequías que se vivieron a mediados del siglo XV y que condujeron a una hambruna, que solo se pudo resarcir gracias al contacto que los mexicas tuvieron con los pueblos asentados en las cercanías del Golfo de México. 

En este tipo de estudios, es importante entender que los fenómenos naturales no son necesariamente los agentes que provocan el desastre natural. Las condiciones económicas, ideológicas, políticas y sociales del momento en que ocurre el desastre y las diversas respuestas mediatas e inmediatas se deben analizar desde dos perspectivas: una particular y otra conjunta para poder comprender mejor la realidad histórica a través de cortes en sectores o momentos específicos, o bien visualizarla como un todo y en su proceso de cambio.

También hay que tomar en cuenta que los efectos son diferentes según el tipo de sociedad. En sociedades agrícolas como las prehispánicas del siglo XV, las fuertes lluvias o sequias se convierten en crisis agrícolas que para los sectores de menos recursos desembocan en hambre y muerte.

Dicho lo anterior, es importante estudiar y analizar de manera histórica los fenómenos naturales desde estas dos vertientes, para poder asimilar mejor los cambios económicos, sociales, ideológicos e incluso políticos que se dan por estos acontecimientos.

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