Retóricas del campo artístico mexicano sobre lo que rompió ‘La Ruptura’

por Lourdes Roca

Fuente Adrián, David, La Disputa de “la Ruptura” con el muralismo (1950-1970): lucha de clases en la rearticulación del campo artístico mexicano, Instituto Mora, México 2018

Revisar más a fondo los procesos mexicanos de creación plástica del siglo pasado resulta primordial para entendernos mejor como una sociedad atravesada por grandes contrastes que somos y todo lo que ello implica en una lógica de lucha de clases, para que alguien acceda o no a formarse en esta línea y, más complicado aún, a integrarse en las grandes filas de artistas locales con reconocimiento internacional.

Para conocer sobre el arte plástico en México a mediados de siglo XX, tenemos ahora un libro imprescindible publicado hace poco por el Instituto Mora. La Disputa de “la Ruptura” con el muralismo (1950-1970): lucha de clases en la rearticulación del campo artístico mexicano, de David Fuente Adrián, coloca este periodo en su justa dimensión: apenas se había dicho nada de lo que él asienta, para cuestionar muy seriamente a qué se llamó “la Ruptura” desde artistas, críticos e historiadores, qué fue lo que rearticuló en el campo artístico mexicano y de qué manera fue resultado de la lucha de clases.

Egresado de sociología y de bellas artes, con una explícita y sólida formación marxista, el equipaje del autor se desempaca progresivamente a lo largo de toda la obra, revelando habilidades y herramientas de estudio algo inusitadas en investigaciones sobre el campo artístico. Haciendo un fino análisis del comportamiento de las principales galerías del periodo en la ciudad de México y de las trayectorias de los artistas, desentraña facetas no reveladas antes, para cuestionar seriamente lo que hizo esta generación y cómo ha sido concebido por más de medio siglo. A su vez, el trabajo de archivo y hemerográfico fueron claves para abordar el tema historiográficamente.

Las confrontaciones pictóricas del periodo y los bandos en pugna que las protagonizaron, en plena guerra fría cultural, son aquí meticulosamente analizados: el mercado del arte representado sobre todo por las principales galerías de la ciudad de México, y la hegemonía burguesa que daba carácter orgánico al “no grupo” de artistas. El giro en el campo artístico nacional es escudriñado con lupa marxista y bourdiana, para reparar en aspectos apenas atendidos desde la historia del arte del periodo y para revisar a fondo lo que rompió esta llamada “Ruptura”, que evidencia las fracturas socioeconómicas y políticas que la vieron nacer y le dieron forma como tal. Con esta relación pormenorizada de un mito que “no demuestra la ausencia de ruptura, sino que es la evidencia ideológica de la misma”, David Fuente asienta bases firmes para futuros estudios. 

Entre una supuesta “dictadura estética” y las “libertades artísticas” del momento, se tejió la urdimbre perfecta para una rearticulación del campo artístico mexicano, caracterizada sobre todo por una elitización en varios niveles y “la extensión de los valores burgueses de individualismo, despolitización, nihilismo y romantización de la vida social a este terreno”. La Disputa de “la Ruptura”constituye un parteaguas que potencia futuros estudios muy necesarios para enmarcar con más y mejores herramientas y fuentes la historia de una época de producción artística largamente mistificada y poco revisitada con consciencia crítica. 

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