por Edwin Gonzáles Rojas
Un domingo del mes de setiembre del 2019, después de diez horas de viaje en bus desde Lima, llegué a la plaza de armas de Huancavelica. Conocida también como la ciudad del Mercurio, se ubica a casi 4000 m.s.n.m., con un clima frio, de poca vegetación y perdido entre los Andes centrales. Reconocidos historiadores, como Carlos Contreras, Isabel Povea o Nicanor Domínguez, también estuvieron en esta ciudad años antes para desarrollar sus temas de investigación, a ellos les tocó experimentar in situ la precaria y difícil situación de los archivos en el pasado: a veces sin una atención adecuada, en otras la documentación podía encontrarse en viejos almacenes a espera de una catalogación adecuada.
Premunido de los buenos consejos del colega Antonio Coello Rodríguez, del “Catálogo del Fondo de Protocolos Notariales del Archivo Histórico de Huancavelica. Siglo XVI. Tomo I, Legajos 1-6 (1573-1596)” (2014), del cual Antonio fue partícipe del proyecto juntamente con Jesús Galiano, Brian Bauer y Douglas Smit; y del artículo del historiador Nicanor Domínguez “Crónica personal sobre los Archivos de Huncavelica (sic)” de la Revista del AGN N° 17 (1998), me dirigí a la Dirección Desconcentrada de Cultura de Huancavelica. Esta institución resguarda los valiosos documentos históricos del pasado virreinal, como son los protocolos notariales que van desde el siglo XVI al XVIII. La información que proporciona el “Catálogo del Fondo …” es invaluable ya que describe los 4700 registros de los seis primeros protocolos del siglo XVII, incluyendo 91 registros notariales para 1596 ubicados en la colección de manuscritos Edward E. Ayer del Newberry Library de Chicago, Illinois.

A diferencia de la experiencia de Nicanor Domínguez, que durante los años noventa llegó a revisar la documentación cuando se encontraba en el Archivo de la Municipalidad de Huancavelica, en la actualidad la documentación del Archivo Histórico se encuentra en una oficina de las instalaciones del Museo Regional Daniel Hernández Morrillo, ubicado en la plazoleta de San Juan de Dios. Luego de realizar el trámite documental correspondiente, y algunas horas de espera, logré tener acceso. El archivo cuenta con el registro de 92 protocolos notariales para la época virreinal: 9 protocolos pertenecientes al siglo XVI, 63 protocolos pertenecientes al siglo XVII y 20 protocolos para el siglo XVIII. Asimismo el archivo cuenta con una menor cantidad de expedientes coloniales.
Como la mayoría de los proyectos personales de investigación en el Perú, se cuenta con un presupuesto limitado, en mi caso alcanzaba para cinco días. En ese tiempo me dediqué a revisar una parte de los 63 protocolos de escribanos asentados en Huancavelica durante el siglo XVII, y buscar si estos registros notariales tenían alguna relación con lo que estaba sucediendo en Castrovirreyna, ciudad minera dedicada a la extracción de plata. Decidí centrar mi atención en los protocolos generados por Joseph de Cansillas (1648), Francisco de Angulo (1648), Pedro de la Peña (1649-1650), Alonso de Gadea (1650- 1651) y Francisco Nieto (1652). Inmediatamente se presentan poderes, arrendamientos y ventas, documentos comunes en los protocolos. Asimismo me pareció interesante resaltar la gran cantidad de cartas de pago, fianzas y fletamentos, al igual que la constante prohibición de los juegos de naipes entre los residentes de la ciudad.
El Archivo Histórico de Huancavelica, en particular los protocolos notariales, es un buen punto de partida para poder desarrollar investigación de la vida cotidiana en esta ciudad andina relacionada con las actividades mineras y comercio entre los espacios de Jauja, Huancavelica y Huamanga durante el virreinato e inicios de la república. Como el caso del mercader Francisco de Retamoso, vecino del puerto del Callao y natural de la ciudad de Arequipa, el cual redacta su testamento en Huancavelica en 1649 ante Juan de Silvera, escribano de su majestad.
* Agradezco el apoyo de Roy Murillo y Victoria Contreras, trabajadores de la Dirección Desconcentrada de Cultura Huancavelica, que me ayudaron en el servicio del Archivo Histórico.