por Jacques Coste
Hay algunas entrevistas invaluables para comprender distintos momentos, fenómenos y personajes de la historia de México. Las entrevistas son fuentes de especial valor para la historia política, principalmente la del siglo XX: en épocas anteriores a los medios digitales y las redes sociales, las entrevistas representaban oportunidades únicas para leer o escuchar a los principales actores de nuestro sistema político fuera de los discursos o los comunicados oficiales, normalmente más planeados, más institucionales, más acartonados.
Es verdad, en la prensa del siglo XX era casi impensable que un presidente, un secretario de Estado o un gobernador diera una entrevista que no estuviera “planchada” previamente. En ese sentido, las preguntas eran cuidadosas y la labor editorial se encargaba de borrar muchos de los dichos comprometedores, por lo que las entrevistas proporcionaban información incompleta y parcial, en tanto que —ayer y hoy— los políticos siempre se muestran como desean que la opinión pública los perciba.
Pero no es menos cierto que las entrevistas eran un vehículo para que los ciudadanos comprendieran más cabalmente a las figuras políticas del momento, pues en ellas los entrevistados exponían sus ideas con mayor profundidad, exhibían sentimientos que normalmente ocultaban, trascendían el monólogo al interactuar con un interlocutor e incluso emitían mensajes cifrados que los lectores más avezados podían interpretar: “le está dando línea a tal secretario”, “le pedirá su renuncia a tal miembro del gabinete”, “Fulano cayó en desgracia”. Dicho de manera más simple, en las entrevistas, los políticos se mostraban —valga la redundancia— menos políticos y más humanos.
Así pues, las entrevistas son fuentes históricas valiosas, pero requieren un tratamiento cauteloso y riguroso: primero, porque quienes las concedieron tenían una intencionalidad política al aceptar conversar con un periodista; segundo, por cómo han cambiado los estándares de la prensa y las características del sistema político mexicano en las últimas décadas.
Habiendo dicho esto, hay algunas entrevistas que me permito recomendar a los lectores interesados en comprender distintos momentos y personajes políticos del siglo XX mexicano. Todas ellas están al alcance de una simple búsqueda de Google.
La primera de ellas es, quizá, la más célebre. Me refiero a la entrevista que el periodista canadiense, James Creelman, le realizó a Porfirio Díaz en 1907, en donde el longevo presidente pronunció la famosa frase: “He esperado pacientemente a que llegue el día en que el pueblo de mexicano esté preparado para escoger y cambiar a sus gobernantes en cada elección, sin peligro de revoluciones armadas, sin lesionar el crédito nacional y sin interferir con el progreso del país. Creo que finalmente ese día ha llegado”. Muchos lo interpretaron como el indicio de que, por fin, en 1910 Díaz dejaría el poder. Más allá de esa famosa declaración, vale la pena leer la entrevista completa, pues muestra la visión de país que tenía Porfirio Díaz, exhibe su idea de progreso y expone la concepción que el mandatario tenía de sí mismo: un hombre fuerte y necesario, un auténtico estadista.
La segunda es, para mi gusto, la más interesante. En 1936, el periodista José C. Valadés entrevistó a Plutarco Elías Calles, pero no en su apogeo, cuando era el Jefe Máximo de la Revolución; más bien, en su ocaso. Vemos a un Calles decadente (tanto en su salud física como en términos ideológicos, por su admiración por el fascismo), resentido con Lázaro Cárdenas, a punto de ser exiliado y que, por lo mismo, revela más elementos del sistema político posrevolucionario de los que se habría permitido cuando seguía en la cúspide del poder.
Por último, recomiendo ampliamente la entrevista que el propio José C. Valadés hizo a Manuel Ávila Camacho en 1940, pues hay pocas formas de observar con tanta claridad y simpleza las contradicciones y tensiones entre un gobierno laico y una sociedad fervientemente católica, entre un presidente creyente y un Estado que debía distanciarse de la Iglesia. No tiene desperdicio.
Una elocuente y didáctica lectura en voz alta de todas las entrevistas recomendadas puede encontrarse en el podcast Historiografía Mexicana, disponible en este link: https://www.historiografiamexicana.com/todos-los-episodios/. Recomiendo ampliamente escuchar las entrevistas en este medio, puesto que cada una de ellas está acompañada de una contextualización histórica y una caracterización del autor de la nota y del personaje entrevistado.